Al dia siguiente del botellon, con algo de resaca, quedamos para comer en el Tintero. Sabado a las 2 de la tarde, mision imposible aparcar por alli, pero lo conseguimos tras dar algunas vueltas. Tuvimos suerte y conseguimos mesa isofacto y degustamos los platos de pescado y carne que tan curiosamente sirven los camareros. Alli la comida sale de cocina por los mas de 50 camareros que componen la plantilla y es subastada por las mesas, aspecto que abala el abrumador exito de este restaurante. Despues de comer hasta la saciedad, me dio por pedir un plato de pulpo frito que ninguno probamos .... Luego pasamos la tarde en el Cohiba y posteriormente en La Rebanada. Menuda 'jarta' de comer, intentare seguir con la dieta la semana que viene ......
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